El Auditorio de Tenerife se ha convertido en muy poco tiempo en todo un símbolo de la isla, y desde su inauguración, en 2003, es todo un referente en el plano cultural dentro del archipiélago y uno de los monumentos arquitectónicos que más miradas y fotografías atrae. Se encuentra en Santa Cruz, la capital de Tenerife.

Es obra del arquitecto valenciano Santiago Calatrava, y su gran figura blanca a orillas del Atlántico evoca a una enorme ola que anuncia los límites de la ciudad.

Cuenta con una amplia programación cultural y, desde su apertura, acoge eventos, obras y galas de todo tipo.

Una mirada a su interior

Los espacios interiores del Auditorio se sintetizan en dos grandes salas: la Sala Sinfónica y la Sala de Cámara.

La Sala Sinfónica es la sala principal del Auditorio, que seduce con su estética e ilusiona con sus más de 1600 butacas y su enorme escenario, a cuyos extremos nacen los tubos del órgano diseñado por Albert Blancafort, que envuelve a la audiencia y cautiva con sus sonidos.

La Sala de Cámara, versátil e intimista, imita en una escala inferior el reparto en anfiteatro de la Sala Sinfónica, con 422 butacas. En la zona del vestíbulo, se encuentran los camerinos individuales y colectivos, así como los diferentes servicios necesarios para la preparación de obras y espectáculos, sin olvidar dos espléndidas terrazas en su parte exterior.

El Hall del Auditorio, con sus 1200 m² diáfanos ofrece una impresionante panorámica del Atlántico, y la Galería Puerto y Castillo, un espacio abierto semiprotegido de alrededor de 300 m², presenta unas insuperables vistas al Océano, al Parque Marítimo y al Castillo Negro.

Los alrededores del Auditorio

El Auditorio se alza sobre una superficie de 23.000 m², de los cuales el edificio ocupa poco más de una cuarta parte, formando el resto una enorme plaza conocida como Plaza de los Alisios, con unas magníficas vistas hacia la inmensidad del Océano Atlántico.

En los alrededores del Auditorio se encuentran las Torres de Santa Cruz, el Castillo de San Juan y el Parque Marítimo. No muy lejos se encuentra la Plaza de España, el centro neurálgico de la ciudad.